Mental Care Perú

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jueves, 15 de octubre de 2009

DEPRESIÓN

Empezamos este recopilatorio, sobre la Depresión, conociendo, de que es el principal desajuste emocional, en cuanto a los trastornos de índole mental, atribuyéndole una serie de consecuencias nefastas en la estructura personal, viéndose afectada a nivel biológico, psicológico y familiar-social.

Depresión (del latín depressus, que significa 'abatido', 'derribado'). El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas referidos a la Inhibición que afecta principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida. Aunque ése es el núcleo principal de síntomas, la depresión también puede expresarse a través de afecciones de tipo cognitivo, volitivo o incluso somático. En la mayor parte de los casos, el diagnóstico es clínico, aunque debe diferenciarse de cuadros de expresión parecida, como los trastornos de ansiedad. La persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas habituales, así como una vivencia poco motivadora y más lenta del transcurso del tiempo.

Su origen es multifactorial, aunque hay que destacar factores desencadenantes tales como el estrés y sentimientos (derivados de una decepción sentimental, la contemplación o vivencia de un accidente, asesinato o tragedia, el trastorno por malas noticias, pena, y el haber atravesado una experiencia cercana a la muerte). También hay otros orígenes, como una elaboración inadecuada del duelo (por la muerte de un ser querido) o incluso el consumo de determinadas sustancias (abuso de alcohol o de otras sustancias tóxicas) y factores de predisposición como la genética o un condicionamiento educativo.


CAUSAS:

El origen de la depresión es complejo, ya que en su aparición influyen factores genéticos, biológicos y psicosociales. Hay evidencias de alteraciones de los neurotransmisores, citoquinas y hormonas que parecen modular o influir de forma importante sobre la aparición y el curso de la enfermedad. La psiconeuroinmunología ha evidenciado trastornos en el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal relacionados con las citoquinas, así como alteraciones inmunológicas asociadas a neurotransmisores en el trastorno depresivo mayor (por ejemplo, se reducen el número de transportadores de serotonina en linfocitos de sangre periférica de pacientes deprimidos).
Esto parece apuntar a una fuerte relación entre la serotonina y el sistema inmune en esta patología.

Algunos tipos de depresión tienden a afectar a miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una predisposición biológica. En algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no tienen una historia familiar de depresión. Sea hereditario o no, el trastorno depresivo severo se asocia a menudo con cambios en las estructuras o funciones cerebrales.
Los individuos con deficiencias en la personalidad llámese; factor impulsivo, esquemas mentales distorsionados, deficiencias en la autoestima, etc. Se perciben a sí mismas y perciben al mundo en forma pesimista. Se abruman fácilmente por el estrés con escasa capacidad de solución de problemas están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la enfermedad.

En los últimos años, la investigación científica ha demostrado que algunas enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales. Enfermedades tales como los accidentes cerebro-vascularEs, los ataques del corazón, el cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales pueden llevar a una enfermedad depresiva. La persona enferma y deprimida se siente apática y sin deseos de atender sus propias necesidades físicas, lo cual prolonga el periodo de recuperación. La pérdida de un ser querido, los problemas en una o en muchas de sus relaciones interpersonales, los problemas económicos o cualquier situación estresante en la vida (situaciones deseadas o no deseadas) también pueden precipitar un episodio depresivo. Las causas de los trastornos depresivos generalmente incluyen una combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales. Después del episodio inicial, otros episodios depresivos casi siempre son desencadenados por un estrés leve, e incluso pueden ocurrir sin que haya una situación de estrés.
Aún no se ha encontrado ningún marcador biológico de la depresión, de modo que ninguna de las alteraciones biológicas atribuidas a la depresión puede ser usada para el diagnóstico.


COMPARACIÓN DE LA DEPRESIÓN ENTRE VARONES Y MUJERES

MUJERES:

La depresión se da en la mujer con una frecuencia que es casi el doble de la del varón. Factores hormonales podrían contribuir a la tasa más alta de depresión en la mujer.
En particular, en relación con los cambios del ciclo menstrual, el embarazo, el aborto, el periodo de posparto, la premenopausia y la menopausia. Las hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona), debido a una existencia de menores niveles de estrógenos, parecen desempeñar por tanto un cierto papel en la etiopatogenia de la depresión.

Un estudio reciente del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos (NIMH) demostró que las mujeres que presentaban predisposición a padecer el síndrome premenstrual (SPM) grave se alivian de sus síntomas físicos y anímicos (por ejemplo, de la depresión) cuando se les suprimen sus hormonas sexuales a través de un tratamiento farmacológico. Si ese tratamiento se interrumpe, las hormonas se reactivan y, al poco tiempo, los síntomas vuelven. Por otro lado, a las mujeres sin SPM, la supresión temporal de las hormonas no les produce ningún efecto.


HOMBRES:

Aunque la prevalencia global es inferior entre los varones, la tasa de suicidio consumado en ellos es cuatro veces más alta que en las mujeres. Sin embargo, los intentos de suicidio son más comunes en la mujer que en el hombre. A partir de los 70 años de edad, la tasa de suicidio en el hombre aumenta, alcanzando el nivel máximo después de los 85 años.

La depresión también puede afectar la salud física del hombre, aunque en una forma diferente a la de la mujer. Algunos estudios indican que la depresión se asocia con un riesgo elevado de enfermedad coronaria en ambos sexos. Sin embargo, sólo en el varón se eleva la tasa de mortalidad debida a una enfermedad coronaria que se da junto con un trastorno depresivo.


DEPRESIÓN EN LA VEJEZ

El inicio clínico de la depresión en el anciano puede cursar con una pobre alteración del estado de ánimo. Incluso puede aparecer enmascarada con otros síntomas principales, tales como la pérdida de apetito, alteraciones de la memoria, insomnio, síntomas somáticos, ansiedad o irascibilidad. Puede simular un cuadro de demencia senil, hablándose entonces de pseudodemencia depresiva.

Cuando un anciano se deprime, a veces su depresión se considera erróneamente un aspecto natural de esa etapa de la vida. La depresión en los ancianos, si no se diagnostica ni se trata, provoca un sufrimiento innecesario para el anciano y para su familia. Cuando la persona de edad avanzada acude con el médico, puede describir únicamente síntomas físicos. Esto ocurre porque el anciano puede mostrarse reacio a hablar de su desesperanza y tristeza. La persona anciana puede no querer hablar de su falta de interés en las actividades normalmente placenteras, o de su pena después de la muerte de un ser querido, incluso cuando el duelo se prolonga por mucho tiempo.
La investigación científica reciente indica que la psicoterapia breve (terapia a través de charlas que ayudan a la persona en sus relaciones cotidianas, y ayudan a aprender a combatir los pensamientos distorsionados negativamente que generalmente acompañan a la depresión) es efectiva para reducir a corto plazo los síntomas de la depresión en personas mayores. La psicoterapia también es útil cuando los pacientes ancianos no pueden o no quieren tomar medicamentos. Estudios realizados acerca de la eficacia de la psicoterapia demuestran que la depresión en la vejez puede tratarse eficazmente con psicoterapia


DEPRESIÓN EN LA INFANCIA:

La depresión en la niñez se empezó a reconocer sólo hace tres décadas. El diagnóstico se acoge a los mismos criterios que en el caso de los adultos, aunque la sintomatología puede ser algo más confusa. Su prevalencia en la infancia es del 1-2 por ciento y, en la adolescencia, del 4-5 por ciento. El niño deprimido puede simular estar enfermo, rehusar a ir a la escuela, juega menos o deja de hacerlo, expresa el deseo de no querer separarse de los padres o tiene miedo de que uno de los padres se muera. En la primera infancia pueden desarrollar síntomas atípicos como somatizaciones difusas, trastornos alimenticios, enuresis, etc. El adolescente puede expresar mal humor, disminuir el rendimiento escolar, presentar conductas desafiantes o presentar brotes de irritabilidad. En ocasiones expresa el trastorno anímico con el desarrollo de conductas de riesgo (consumo de sustancias psicotrópicas, comportamientos parasuicidas, etc.). Dado que los comportamientos normales varían de una etapa de la niñez a la otra, es a veces difícil establecer si un niño está simplemente pasando por una fase de su desarrollo o si está verdaderamente padeciendo de depresión. A veces, el niño tiene un cambio de comportamiento notorio que preocupa a los padres, o el maestro menciona que el "niño no parece ser el mismo". En esos casos puede sospecharse un trastorno depresivo.


PAUTAS PARA EL DIAGNÓSTICO

Principales síntomas:

Tristeza patológica: Se diferencia de la tristeza, decaimiento, cuando alcanza un nivel tal que interfiere negativamente en la vida cotidiana, tanto en lo social como en lo familiar y lo sexual. Aparece sin motivos o tras un acontecimiento significativo.
Abulía ó Hipobulía: Es la alteración de la actividad voluntaria, y más concretamente de su fase preliminar, donde aparece perturbado el deseo o la decisión de llevar a cabo una acción. Se caracteriza por la falta de actividad, de interés por las cosas y la ausencia de respuesta emocional. Se podría definir más sencillamente como una falta patológica de voluntad, de ganas de hacer cosas.

Anhedonia: es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros.

Pérdida de Concentración: Dificultades en focalizar de la mente sobre un objetivo o actividad que se esté realizando o pensando en realizar en ese momento, dejando de lado toda la serie de hechos u otros objetos que puedan ser capaces de interferir en su consecución o en su atención.

Síntomas secundarios o asociados:

Insomnio: Dificultad en la conciliación del sueño, aunque generalmente se concibe el insomnio únicamente como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que la dificultad para dormir puede tomar varias formas:
Dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial, el más común de los tres).
Despertarse frecuentemente durante la noche (insomnio intermedio).
Despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal).

Alteraciones somáticas: por lo común surgen dolores crónicos o erráticos así como constipación y sudoración nocturna. Se experimenta una persistente sensación de fatiga o cansancio.

Modificaciones del apetito y del peso: la mayoría de los pacientes pierde el apetito y, en consecuencia, provoca la disminución de peso.

Alteraciones somáticas: por lo común surgen dolores crónicos o erráticos así como constipación y sudoración nocturna. Se experimenta una persistente sensación de fatiga o cansancio.

Alteraciones del pensamiento: imagina tener enfermedades de todo tipo; surgen ideas derrotistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones. El pensamiento sigue un curso lento y monocorde

Irritabilidad: Básicamente hace referencia a la fluctuación emocional con predominancia de la cólera y frustración.


TRATAMIENTO

Independientemente de que se llegue a un diagnóstico fino del tipo de trastorno depresivo, si la situación anímica supone una limitación en las actividades habituales del paciente, o una disminución de su capacidad funcional en cualquiera de sus esferas (social, laboral, etc.) se considera adecuada la instauración de un tratamiento. El fin del tratamiento es el de mejorar la situación anímica, así como reinstaurar un adecuado funcionamiento de las capacidades socio-laborales y mejorar, en general, la calidad de vida del paciente, disminuyendo la morbilidad y mortalidad, y evitando en lo posible las recaídas.

La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una gran variedad de medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos. La psicoterapia sola es efectiva en algunas personas con formas más leves de depresión. Las personas con depresión moderada o severa más a menudo mejoran con antidepresivos. La mayoría obtienen un resultado óptimo con un tratamiento combinado de medicamentos para obtener un alivio relativamente rápido de los síntomas y psicoterapia para aprender a enfrentar mejor los problemas de la vida, incluyendo la depresión. El psiquiatra puede recetar medicamentos y una de las diversas formas de psicoterapia que han mostrado ser efectivas para la depresión, o ambos, dependiendo del diagnóstico del paciente y de la gravedad de los síntomas.

TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL

Intervención psicoterapéutica en la que destaca de forma prominente la reestructuración cognitiva, la promoción de una alianza terapéutica colaborativa y métodos conductuales y emocionales asociados mediante un encuadre estructurado. La hipótesis de trabajo es que los patrones de pensamiento, llamados distorsiones cognitivas, tienen efectos adversos sobre las emociones y la conducta y que, por tanto, su reestructuración, por medio de intervenciones psicoeducativas y práctica continua, puede mejorar el estado del consultante

Los objetivos son acordados entre el terapeuta y el paciente formulándose un plan de intervención estructurado a la medida de las necesidades y características particulares evaluadas.
Se aprenderá nuevas formas de pensar acerca de las situaciones que le molestan. Además, aprenderá nuevas maneras de afrontar sus sentimientos.
La terapia cognitiva o terapia cognitiva conductual es un tipo de psicoterapia empleada para tratar la depresión, trastornos de ansiedad, fobias, y otras formas de trastornos psicológicos. Busca reconocer el pensamiento distorsionado que origina los trastornos y aprender a reemplazarlo con ideas sustitutivas más realistas.


ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA TERAPIA COGNITIVO – CONDUCTUAL:

Se desarrolla partiendo de la escuela estoica de la filosofía griega. Especialmente, a aquéllos en los que pensadores como Epícteto manifiestan, de modo terminante, que no son los "hechos" objetivos mismos los que perturban la dinámica del "alma", sino lo que "pensamos" -he aquí el principio cognitivo- en nuestro interior, en nuestra subjetividad, sobre esos hechos. De esta manera, el control de las reacciones de nuestra emotividad y conducta puede permanecer de continuo en nuestras manos. O dicho de otro modo más taxativo: somos -hasta cierto punto- como los creadores de nuestra salud o enfermedad psíquicas, de nuestra dicha o de nuestra desdicha.
Asimismo

En el siglo VI DC. Bajo los preceptos del Budismo, se evidencia principios similares al cognitivismo, tales como; el control de pensamientos, para su repercusión emocional o el llamado Nirvana, estado máximo de los pensamientos y su experiencia corpórea.


LOS PENSAMIENTOS COMO GENERADORES DE LAS EMOCIONES:

Las emociones que uno experimenta, tienen su origen en los pensamientos antecedentes, básicamente por las funciones de esta, como el procesamiento de información, la interpretación, el dar significados y las atribuciones sobre los diferentes hechos.
Por tal motivo la terapia Cognitiva consiste esencialmente en:
a) Identificar aquellos pensamientos irracionales que nos hacen sufrir e
b) Identificar qué es irracional en ellos; esto se hace mediante un trabajo de autoanálisis por parte del paciente, que el terapeuta debe promover y supervisar.

Cuando los pensamientos irracionales (falsos o incorrectos) son detectados, se pasa a la fase de modificación, que es central en la Terapia cognitiva y consiste en reemplazar los viejos hábitos irracionales por otros más ajustados a la realidad y a la lógica. Esto se hace mediante un esfuerzo para rechazar los pensamientos distorsionados y reemplazarlos por pensamientos más exactos y más alegres.

Cabe destacar que este esfuerzo de observación y crítica que el paciente hace de sus propios pensamientos distorsionados no debe confundirse con la tendencia conocida como "Pensamiento positivo" o de “Justificación”, que solo promueve el autoadoctrinamiento por medio de frases positivas u optimistas ("Merezco ser feliz", "soy una persona valiosa", etc), porque la Terapia Cognitiva se vale del pensamiento crítico para conseguir el cambio en sus pacientes y no de una imposición dogmática de pensamientos predeterminados.

La terapia cognitiva no es un proceso "de un día para el otro". Aún cuando un paciente ha aprendido a reconocer cuándo y dónde su proceso de pensamiento se ha torcido, puede llevar meses de concentrado esfuerzo el reemplazar un pensamiento inválido con uno más adecuado. Pero con paciencia y un buen terapeuta, la terapia cognitiva puede ser una herramienta valiosa en la recuperación.

PSICOTERAPIA

Se puede definirla como un proceso de comunicación entre un psicoterapeuta (es decir, una persona entrenada para evaluar y generar cambios) y una persona que acude a consultarlo (paciente) que se da con el propósito de una mejora en la calidad de vida en este último, a través de un cambio en su conducta, actitudes, pensamientos o afectos desde un punto de vista psicológico. Existen muy diversos marcos teóricos para ello, podemos mencionar algunos modelos teóricos como; Psicoanálisis, Cognitiva, Conductual, Humanistas. Desencadenando sus variantes.

A cada una de estas concepciones, para cada una de las escuelas o corrientes, se las llama en conjunto «psicoterapia». Además, el término psicoterapia no presupone una orientación o enfoque científico definido, siendo considerado denominativo de un amplio dominio científico-profesional especializado, que se especifica en diversas orientaciones teórico-prácticas.

Dentro de la psicoterapia existe una gran diversidad de corrientes, enfoques y conceptos teóricos aplicados al ámbito psicoterapéutico, que dan origen a otras tantas maneras de establecer este contexto de comunicación (llegando incluso a configurarse distintos paradigmas). Sin embargo, dos características que unifican a la psicoterapia son:
El contacto directo y personal entre el psicoterapeuta y quien le consulta, principalmente a través del diálogo.
La calidad de «relación terapéutica» del contexto de comunicación, esto es, una relación de ayuda destinada a generar un cambio en quien consulta.


OBJETIVOS DE LA PSICOTERAPIA

El objetivo de la psicoterapia depende de la valoración que se haga del paciente (o cliente, o sujeto), tomando como referencia la disciplina psicológica de la que surge dicha intervención, así podemos diferenciar:
- Terapia Cognitiva: modificar los esquemas de pensamiento.
- Terapia de la Conducta modificar la funcionalidad de la conducta.
- Terapia Cognitivo-Conductual: Mezcla ambos planteamientos, ya que en sus fundamentos no son del todo contradictorios y permiten complementarse.
- Modificación de Conducta: De la perspectiva de conducta surge, por un lado, la terapia de conducta aplicado al ámbito clínico y, por otro, la modificación de conducta, como objetivo se centra en otros contextos además del clínico, pero aplicando todos los conocimientos científicos, muy especialmente de la perspectiva conductual. Por ejemplo, rediseñar el ambiente laboral para promoción de la salud o prevención.
- Terapia Gestáltica: Conseguir un "ajuste creativo" en la interacción entre la persona y el resto del mundo, centrándose en la experiencia.

PSICOLOGÍA CLÍNICA

Rama de la psicología que se encarga de la investigación de todos los factores, evaluación, diagnóstico psicológico, apoyo a la recuperación y prevención que afecten a la salud mental en las condiciones que puedan generar malestar y sufrimiento al individuo humano.

Prácticas centrales de esta disciplina son el diagnóstico psicológico y la consejería (la psicoterapia, ejercida por un terapeuta capacitado, tiene un rango aparte), así como también la investigación, enseñanza, consulta, testimonio forense y desarrollo de programas y administración.

La psicología clínica puede ser confundida con la psiquiatría ya que generalmente tienen metas similares (por ejemplo, el alivio de trastornos mentales), pero la diferencia principal es que los psiquiatras, al ser médicos, están legalmente autorizados para indicar tratamientos y a prescribir medicamentos. En la práctica los psicólogos y psiquiatras trabajan juntos en equipos multidisciplinarios

Dentro de la psicología clínica, se aprecia 2 factores importantes en la intervención:
La Evaluación Psicológica y la Psicoterapia

Evaluación Psicológica:

Es el procedimiento para tener como resultado un diagnóstico de una enfermedad mental. Es el equivalente mental de un examen físico, para así tener con certeza todoel espectro de situaciones y desajustes de los individuos con el fin de realizar la adecuada intervención posterior. Dentro de las áreas a evaluar tenemos; Personalidad, Pensamiento, Organicidad Cerebral y desempeño Intelectual.
La evaluación psicológica consta de las siguientes etapas:
Entrevista de exploración clínica;
la aplicación de un Pruebas psicológicas;
el análisis de los resultados a nivel cualitativo y cuantitativo;
Pronóstico de caso
la conclusión y su comunicación a la persona examinada

La Psicoterapia:

Para la psicoterapia, mencionaremos un apartado especial

miércoles, 9 de septiembre de 2009

INTRODUCCIÓN AL BLOG "LA PSICOLOGÍA Y CALIDAD DE VIDA"

El ser humano a través de su historia siempre se ha preguntado, a que obedecen los diferentes fenómenos evolutivos, ya sean de orden somático ó psíquicos, si bien es cierto las ciencias de orden orgánico dieron un vuelco significativo y revolucionario en el tratamiento de diferentes patologías, el avance de las llamadas ciencias fácticas encargadas del estudio de la mente fue acelerado, da la impresión que no esta encaminada a la par. Sin embargo hoy se conoce la preponderancia del papel de las ciencias que conforman el saber del hombre en su totalidad y tal vez el principal error fue la segmentación que sufrió por la existencia de múltiples disciplinas que abordaron el estudio de los fenómenos psíquicos de manera aislada, inicialmente necesario, no obstante ahora es el momento de la integración de todo aquel bagaje de conocimientos adquirido de manera particular por cada disciplina.

Por tal efecto nos percatamos que plantear absolutismos en las diferentes ciencias son postulados comparados a los dogmas tan aborrecibles por la ciencia, empero, en sin numero de oportunidades encontramos los llamados “ismos” (psicologismos, biologismos, etc.), que se convierten en doctrinas irrebatibles y que las hacen lejanas a lo que significa al hombre como ser Bio-Psico-Social. Por tal motivo podemos hablar de la integración de conceptos y conocimientos que otorga cada ciencia que de un manera u otra aboca su estudio al aparato mental de forma holística enriqueciendo nuestra intervención y lo más importante que las personas puedan afrontar cada situación de desajuste emocional, orgánico cerebral, compromiso cognoscitivo, conductual e impacto social.

En consecuencia nos toca referirnos al papel de la psicología en la vida del hombre, esta ciencia fáctica, a la cual se reatribuye todo lo No-orgánico del ser humano, y con un vasto “estudio de la conducta”, encontramos un campo amplio y en ocasiones no comprendido. Sobre todo abordando del impacto, pues abarca los procesos cognoscitivos (atención, percepción, memoria, inteligencia, lenguaje, pensamiento, etc.), aspectos afectivos emotivos, respuestas conductuales y siendo la más importante la personalidad. Haciendo la diferenciación entre la psicología normal y anormal y comprendida científicamente en el diagnóstico, evaluación e intervención psicoterapéutica.

Para culminar esta breve introducción a lo que encontraremos en este espacio, esperamos brindarles información relevante y especializada de todo lo relacionado a la psicología y su impacto en nosotros, para así comprender y luego afrontar, experimentando la calidad de vida y realmente sentir un bienestar general.